User Pro Jul 11, 2016
Bolígrafos o camisetas con logos corporativos, bolsas, pen drives y artículos promocionales de todo tipo son los “souvenirs” más comunes de que has asistido a un evento. El merchandising es una inversión típica que hace el patrocinador de un evento. ¿Pero es esta la mejor manera de “dejar huella” en los invitados?
Los asistentes a un evento ya no necesitan más tazas ni cuadernos. En lugar de objetos, las personas prefieren llevarse de vuelta a casa experiencias relevantes y significativas, de las que obtengan un aprendizaje (social y/o educacional) a largo plazo. Eso es lo que debería marcar la diferencia entre asistir a un evento o perdérselo.
Los eventos y conferencias tienden cada vez más, y desde hace tiempo, a combinar el negocio con la diversión o el entretenimiento. Son comunes los juegos para romper el hielo en un grupo y que sirven para que participantes que no se conocen entre sí se presenten al resto de asistentes. Son juegos que cumplen una función social. Pero la gamificación (usar mecánicas del juego para lograr un comportamiento concreto) no es esto.
La gamificación es una actividad con un sentido, dirigida a un objetivo concreto. Consiste en usar las mecánicas del juego (como retos, narrativas, puntos, medallas…) para inducir un cambio de comportamiento. No funciona porque es “divertido” o “fácil”, sino porque vincula las motivaciones humanas que se esconden detrás del aprendizaje.
Así, el uso del juego se convierte en un gran vehículo para el aprendizaje cuando se vincula con nuestras motivaciones. En general, todos los asistentes a una reunión o conferencia quieren aprender algo nuevo. Si lo hacen jugando y divirtiéndose en el proceso, la experiencia será recordada por más tiempo.
1 – Define bien los objetivos. Concrétalos al máximo. Quizás no puedas explicar toda la nueva estrategia de una empresa con el juego, pero sí puedes centrar la gamificación en un aspecto o proceso concreto.
2 – ¿Qué comportamientos quieres promover? Delimítalos al máximo y, según ellos, elige las mecánicas correctas para lograrlo. No todas las dinámicas encajarán con tus objetivos.
3 – Hazlo fácil. Adapta el juego al número de personas que van a participar. Si el grupo es numeroso, intenta hacerlo lo más sencillo posible para que todos participen y que el juego no se alargue en exceso. Es preferible que los asistentes se queden con ganas de más, a que terminen mirando el reloj.
4 – Premia a todos. El ganador del juego quizás se ha apoyado en una idea de otro participante. “Lo importante es participar”, así que todos merecen el reconocimiento.
5 – Y sé original con el premio. No tiene por qué tratarse de un objeto costoso. Quizás una experiencia diferente sorprenda y agrade más a los invitados.
Como ves, la gamificación va mucho más allá de organizar partidas de un juego, o acumular puntos y medallas. Si unes los objetivos reales con los aprendizajes personales y las mecánicas de juego, la gamificación sin duda te ayudará a mejorar los resultados de tu evento. ¡Pruébalo en tu próxima reunión!
