Patatas fritas en Ámsterdam, un delicioso plan

Cosas que hacer en Ámsterdam: ir a Vleminckx

Los fanáticos de las patatas fritas dicen que en Vleminckx se hacen las mejores de Holanda. Si se juzga por las largas colas que siempre hay en este sitio, puede que tengan razón. La fama de este sitio trasciende las fronteras de los Países Bajos. 

Vleminckx está ubicado en el centro histórico de Ámsterdam. Queda en Voetboogstraat 31, muy cerca del museo histórico de Ámsterdam. En otras palabras, vas a toparte con el sitio sí o sí, cuando visites los sitios de interés en la ciudad. Puedes llegar con las líneas 4, 9, 14, 16 y 24 del tranvía, bajándote en Spui. 

Las patatas fritas de Vleminckx tienen un sabor casero. Dicen que las fríen, luego las congelan y las vuelven a freír cuando el cliente las pide. Ese puede ser el secreto de su sabor natural y su crocante único. Las venden en cucuruchos de tres tamaños: pequeño, mediano y grande. El de mayor tamaño fácilmente sirve de almuerzo para dos personas. 

Los 25 tipos de salsas de Vleminckx son también famosos. Encuentras las tradicionales como ketchup, mostaza o salsa tártara. Pero también hay otras más exóticas, como la picadilly, la mayonesa belga o la salsa de cacahuete. Todas son exquisitas. Y puedes pedir que te pongan cebolla y queso también. 

Vleminckx abre los siete días de la semana. Los martes, miércoles, viernes y sábado, de 11 a 19 horas. Los domingos y los lunes, de 12 a 19. Y los jueves tiene un horario extendido, de 11 a 20 horas. El precio promedio del consumo es de menos de 10 euros por persona.

Manneken Pis, en el corazón de Ámsterdam

Dicen que en Manneken Pis se emplean 2.500 kilos de patatas diariamente. Eso puede darte una idea de la cantidad de personas que comen este plato allí. Compite en fama con Vleminckx y, aunque es más joven, la mayoría asegura que no tiene nada que envidiarle.
Manneken Pis está muy cerca de la concurrida calle Damrak número 41 de Ámsterdam. A medio camino entre la Estación Central y la Plaza Dam. Es un lugar con el que te encuentras sin necesidad de buscar mucho. Las líneas del tranvía 1, 2, 5, 13 y 17 te dejan cerca si paras en Nieuwezijds Kolk.
Las porciones de patatas fritas son de 300 o 450 gramos. Tienen un sabor muy fresco, bastante lejano al de las congeladas. La gente adora esa combinación entre el crujiente externo y la suavidad de su interior.
Hacen las patatas fritas al estilo flamenco, pero con el toque que solamente los holandeses saben darle. Su gran obsesión es ofrecer patatas que realmente sepan, huelan y se sientan como patatas. Por eso no utilizan ningún tipo de sabores o colores adicionales.
Además de las tradicionales, te ofrecen otras dos presentaciones clásicas. Las “especiales”, que traen mayonesa, curry y cebolla. Y las “patatas fritas de guerra”, que vienen con mayonesa, salsa de maní y cebollas.
En cuestión de salsas, tienes 20 opciones para escoger. Son famosas la salsa de queso cheddar, la salsa flamenca y la salsa de chile. Pero no se quedan atrás la salsa barbacoa, la andaluza y varias más.
Dentro de las cosas que hacer en Ámsterdam debes incluir una pasada por Manneken Pis. El sitio está abierto de 11 de la mañana a 12 de la noche, desde el domingo hasta el jueves. Los viernes y los sábados la jornada se extiende hasta las 2 de la mañana. Necesitarás menos de 10 euros para satisfacer tu apetito.
Los amantes de las patatas fritas se darán un verdadero banquete en Ámsterdam. No cabe duda de que los holandeses se han esmerado por convertir este plato internacional en una delicia local.

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Autora: Lana de Wit

Guest Relations Manager en el Anantara Grand Hotel Krasnapolsky

Mi nombre es Lana de Wit, Gerente de Relaciones con los Huéspedes en el Anantara Grand Hotel Krasnapolsky. Junto con el equipo de Relaciones con los Huéspedes y Servicios para los Huéspedes, nos aseguramos de que todos los visitantes tengan la mejor experiencia en nuestro hotel y atendemos sus solicitudes especiales, celebraciones y expectativas. Obtengo energía al resolver problemas y esforzarme por ofrecer lo mejor posible. Me encanta el hecho de que cada día sea diferente y esté lleno de sorpresas. Siempre soñé con trabajar en el Krasnapolsky desde que era una niña pequeña, así que poder trabajar aquí en los últimos años ha sido un sueño hecho realidad junto con mis fantásticos colegas. Mi misión principal es permitir que cada huésped se vaya con historias extraordinarias y recuerdos inolvidables para llevar a casa. ¡Espero darles la bienvenida aquí en Ámsterdam para brindarles la verdadera experiencia Anantara!