Recorre las joyas de la Roma histórica

Coliseo

El Coliseo es uno de los monumentos más conocidos y visitados de Europa y actualmente es considerado una de las siete maravillas del mundo. Esta construcción, de casi 2.000 años de antigüedad, fue levantada en el centro de Roma por los emperadores Vespasiano y Tito, entre los años 69 d.C. y 71 d.C. En honor a su dinastía, el nombre original del edificio fue el de Anfiteatro Flavio. 

Al Coliseo se puede llegar fácilmente en metro, cogiendo la línea B hasta la parada Colosseo, que te dejará junto a la plaza en la que se encuentra el monumento. Allí, justo al lado, podrás observar también el Arco de Constantino, un arco triunfal en honor de este emperador que es uno de los mejor conservados en la actualidad.

Palatino y Foro Romano

Junto al Coliseo, y en pleno corazón del casco antiguo de Roma se conserva el que fuera el Foro de la ciudad y, en la colina que se levanta junto a él, se conservan los restos de las construcciones que poblaban el Palatino, lugar de residencia de los emperadores durante los primeros siglos de nuestra era. 

Si te animas a entrar, conocerás la parte más histórica de Roma: el Foro Romano, que se recorre andando sobre la Vía Sacra, calle principal de la ciudad en época antigua, y desde allí observarás monumentos milenarios como el Arco de Tito o el Arco de Septimio Severo. Desde el Palatino, además, podrás disfrutar de algunas de las mejores vistas de Roma. 

El Foro y el Palatino pueden visitarse de forma conjunta, con una entrada combinada que también incluye la visita al Coliseo.

Circo Máximo

En la zona baja que separa los montes Palatino y Aventino se sitúa lo que queda del antiguo Circo Máximo de Roma. Apenas se conservan restos construidos, pero el paseo conserva la forma original del circo y en su centro aún se puede apreciar la spina que lo recorría, marcando el camino para las cuadrigas. Es un espacio abierto que no requiere entrada, y es una de las mejores recomendaciones en Roma para pasear sin tantos agobios por la afluencia de turistas. Llegas con la línea B, parada Circo Massimo.

Termas de Caracalla

Construidas a comienzos del siglo III d.C. por el emperador Caracalla, en su día conformaron el complejo termal más grande y espectacular del mundo. Contaban con los tradicionales sistemas de calefacción, piscinas de agua fría, templada y caliente, zonas para realizar ejercicio, etc. Están también ubicadas en la zona histórica de Roma. 

Las termas dejaron de usarse en el siglo VI d.C. y, sin embargo, aún conservan gran parte de los edificios originales, así como de las paredes que cerraban el impresionante conjunto.  Para llegar, la Línea B del metro, en la parada Circo Máximo, te dejará justo al lado de ambos monumentos.

Panteón

Dentro de los lugares significativos de la Roma histórica, el Panteón de Agripa es otro de los lugares que no podéis dejar de visitar. Se trata de un templo de planta circular que fue erigido en el corazón de la ciudad por el emperador Adriano, a comienzos del siglo II d.C., y consagrado a todos los dioses del panteón romano. Actualmente funciona como iglesia y puede visitarse. 

La inscripción en su portada hace referencia a un templo anterior, levantado por el general Agripa, a finales del siglo I a.C. El lugar se encuentra a unos 500m de la céntrica Vía del Corso, llegas parando en Barberini, línea A.

Domus Áurea

La Domus Aurea fue el grandioso palacio construido por el emperador Nerón en la segunda mitad del siglo I d.C., en un lugar devastado por el gran incendio de Roma sucedido durante sus años de gobierno. El lugar está junto al Coliseo. El sitio sólo es accesible por medio de una visita guiada, aunque algunos de sus restos pueden verse desde el parque abierto al público.

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