Visita los lugares más emblemáticos de Valencia
Antes de empezar, te recomendamos alojarte en uno de nuestros hoteles en Valencia. Gracias a su localización estratégica en el centro de la ciudad, será fácil aprovechar el tiempo al máximo. La ribera del Turia se transformó en un bonito parque a mediados del siglo XX, y cómo era de esperar, los meandros que atraviesan la ciudad ofrecen a locales y visitantes un estupendo espacio para caminar, practicar running, o montar en bicicleta entre sus zonas verdes.
Al norte de este parque se encuentra nuestro NH Valencia Center: tomando este hotel como referencia, damos un breve paseo por los Jardines del Turia donde podrás encontrar el Institut Valencia d’Art Modern. Este museo de arte contemporáneo es una buena opción para descubrir obras de artistas como Julio González e Ignacio Pinazo, y alterna su colección permanente con exposiciones temporales que cambian con frecuencia. Si el arte moderno no es lo tuyo, justo al lado encontrarás una escapada alternativa: el Museo de Prehistoria y de las Culturas de Valencia.
Continúa unos minutos por Carrer de Guillem de Castro -de camino, no dejes de echar un vistazo a la estatua que Valencia dedica a Cervantes- hasta llegar a las Torres de Quart. Estas torres son un excelente ejemplo de una edificación militar del gótico tardío; constituían unas puertas con fines defensivos y se las conocía como Puertas de la Cal, pues fueron el único acceso para cualquier mercancía de minerales hasta finales del siglo XIX. Durante algunos años albergó una prisión de mujeres.
Justo detrás de las torres hay una cafetería sensacional, Mayan Coffees, y justo allí continúa con esta breve guía sobre qué hacer en Valencia y dirígete hacia Carrer de Murillo. Camina por esta calle hasta que desemboque en Plaça del Mercat y a tu derecha se alzará el Mercat Central, el principal mercado de abastos de la ciudad. A lo largo y ancho de su superficie de 8.000 metros cuadrados encontrarás fruta fresca y verduras, pescado, frutos secos, carne y todo tipo de productos gastronómicos que puedas imaginar.
Y es que, además, guarda más sorpresas: por ejemplo, cerveza artesana producida ad hoc que puedes degustar o zumos de fruta fresca recién exprimida delante de ti. El diseño de este mercado de estilo Art Nouveau se remonta a hace 100 años y aunque no tengas intención de comprar, merece la pena una visita para disfrutar de su arquitectura y su ambiente. También es un lugar perfecto para una comida divertida: llévate algo de comer de su amplia selección de tapas.