Tarta Sacher
Si te estás planteando qué comer en Viena, la tarta Sacher es un ejemplo perfecto. Se trata de un invento gastronómico vienés que data del año 1832 y que destaca como obra maestra de la repostería gracias al ingenio de Franz Sacher, un aprendiz de cocina de solo 16 años. Esta deliciosa tarta se ha convertido en un icono de la gastronomía austriaca.
Para empezar a preparar esta receta, hay que mezclar los ingredientes básicos para la tarta, incluidos la mantequilla, el azúcar glas, la vainilla, los huevos, el chocolate, la harina y la mermelada de albaricoque. La mezcla y el proceso de horneado dan lugar a una tarta esponjosa riquísima. Después del horneado, la tarta se corta en dos capas, que vuelven a juntarse después de untarles mermelada de albaricoque. Con este paso, obtenemos una base jugosa y sabrosa para la fase siguiente.
La cobertura, que se prepara con agua, azúcar y chocolate, se vierte sobre la tarta y se extiende con una espátula para darle el último toque. Por supuesto, es importante dejar que la tarta repose hasta que la cobertura se endurezca.
El resultado final es una tarta Sacher original lista para servirse con nata montada. Este viaje culinario transporta a cualquier aficionado a la gastronomía a las calles de Viena y le ofrece una experiencia auténtica que fusiona tradición, destreza y sabor en cada bocado. Recuerda que esta receta vienesa ha sobrevivido al paso del tiempo para celebrar la genialidad de un joven aprendiz que, con creatividad y habilidad, dejó su huella en el mundo de la repostería.