5. Haz un descanso para comer
Está claro que el muro y otras zonas históricas de la ciudad son lugares que merecen una visita, pero eso te lo contarán en todas las guías de viaje. Te recomendamos ir a Boxhagener Platz, una plaza llena de bares y restaurantes con mercadillo callejero los fines de semana, una de las cosas qué hacer en Berlín antes de irse. Un par de sitios más geniales para tomar algo y recargar las pilas son las zonas multiculturales de Kreuzberg y la cosmopolita Oranienstrasse.
También destacan lugares como Reinstoff, el templo del cocinero Daniel Achillas, que luce sus dos estrellas Michelín en la antigua fábrica de bombillas de Edison, en el barrio de Mitte. Algo más asequible es otro lugar de culto, Hovarth, en el barrio de moda de Kreuzberg, donde oficia el austriaco Sebastian Frank, también con dos estrellas en su haber.
Por supuesto, si te interesa comer o beber en el propio hotel, te encantará nuestro restaurante Fabrics, donde sirven una carta internacional moderna, mientras que el bar Envy es el lugar perfecto para tomarte un cóctel con unas vistas increíbles del río Spree. Los jueves, viernes y sábados siempre hay sesión de DJ con la música más actual.
Un clásico de Berlín es la sede original de la cadena de cafeterías Einstein. El Café Einstein, en la comercial avenida de Kufürstendamm, ofrece platos típicos en un ambiente del Berlín de entreguerras. Su agradable terraza exterior, con carros de plata y camareros de etiqueta, traslada al comensal a la Europa descrita por Stefan Zweig, y a un precio nada exorbitado.
Y tras recuperar fuerzas con un café, nada mejor que hacer en Berlín que alquilar una bicicleta y experimentar el modo de vida local. Gran parte de la población se mueve en bici, por lo que las empresas que ofrecen servicio de alquiler de bicicletas abundan en la ciudad.