Berlinale y una peli desde la tumbona

Festival de Cine de Berlín: películas

El Festival de Cine de Berlín, conocido como la Berlinale, cuenta con una larga historia a sus espaldas. Desde su fundación en 1950, el propósito fue el de dar a conocer las grandes películas de cada año. Siempre ha tenido un matiz distinto al de las grandes producciones norteamericanas que arrasaban en todo el mundo. El objetivo fue el de configurarse como referencia del cine internacional alejado de las superproducciones de cada momento. No obstante, las películas que han concursado han tenido un lugar destacado también en los Óscars. En los últimos años el cine triunfador en Europa está procediendo de mercados diversos y poco conocidos hasta el momento por el público europeo, como el mercado chino o el de Latinoamérica. 

La referencia para disfrutar el evento es el cine conocido como Berlinale Palast. En los días de febrero, las inmediaciones y el interior del recinto siempre está poblado de aficionados al cine, que además tienen la oportunidad de ver pasar a las estrellas de las películas. Las entradas pueden comprarse a través de la página del Festival de Cine de Berlín, siguiendo las instrucciones y usando la tarjeta de crédito. El centro neurálgico, donde se entregan los premios, es el citado Berlinale Palast. Sin embargo, las proyecciones de las películas se realizan en salas de cine o en salas de actos de grandes hoteles, situadas por toda la ciudad. Puedes consultar las localizaciones aquí. El consejo es estar pendiente del programa cada año, ya que siempre es cambiante. En la página oficial se informa sobre la capacidad de cada uno de los recintos. Todas las salas de cine que participan en el Festival destacan por tener una gran tradición y una gran comodidad de espacio. 

Puedes llegar al Berlinale Palast con las líneas 1, 2 y 25 del tren (S-Bahn) o la línea 2 del metro y bajarte en la parada Potsdamer Platz.

Cine de verano

Es una tradición en la ciudad de Berlín disponer de proyecciones al aire libre en puntos destacados de la ciudad durante los meses de verano. La población suele pasar allí las calurosas horas de la noche después de la cena, una vez que el sol se ha ido. Los espectadores suelen acompañar la visión de la película con algún refresco.

• El cine Kreuzberg, por ejemplo, emite sus películas en un espacio veraniego a más no poder, por estar en un jardín donde se han dispuesto tumbonas a modo de playa, pero en este caso para ver una película. Las familias o los grupos de amigos suelen juntarse al salir del trabajo o después de un día de baño en las orillas de lago, y supone una vertiente más artística que se puede encontrar en la capital de Alemania. Puedes llegar en metro, bajándote en Kottbusser Tor (línea 8) o con el autobús 141 con parada en Mariannenplatz. La entrada cuesta 7 euros. 
• El cine Rehberge, por su parte, destaca por tener grandes dimensiones, con capacidad para más de mil personas. La entrada cuesta 7 euros. La mejor forma de llegar es con el autobús 221 en la parada Nachtigalplatz. 

Estos cines tienen la gran ventaja del paisaje natural, en una influencia que no se puede disfrutar en las proyecciones convencionales bajo techo, sobre todo en las noches de verano bajo un cielo sin nubes. Los géneros son muy variados, y los responsables de los cines tienen la buena idea de proyectar las películas en su versión original, y con subtítulos en alemán para que los asistentes lo puedan entender. Berlín siempre estuvo en la vanguardia de esta actividad artística, desde los tiempos del expresionismo alemán en las primeras décadas del siglo XX.

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Autor: David Rickerson-Seidel

Guest Relations Manager en el NH Collection Berlin Mitte Friedrichstrasse

Me llamo David Rickerson-Seidel y trabajo para NH Hotel Group desde septiembre de 2015, cuando abrió el primer hotel NH Collection en Alemania. Después de 16 años de experiencia en hostelería,  me dieron una oportunidad excepcional de conocer a gente de todo el mundo y aprender de todos ellos. Este es uno de los motivos por los que me encanta trabajar como gestor de Guest Relations. A diario me encargo de las necesidades de nuestros huéspedes antes incluso de que me pidan ayuda. Como me apasiona lo que hago, siempre es un gran placer para mí ver contentos a nuestros huéspedes en el hotel. Así sé que estoy haciendo bien mi trabajo. Siempre digo que lo único que no puede reservar un cliente cuando viaja es la sonrisa de un recepcionista y una bienvenida agradable, la persona que te atiende con amabilidad mientras desayunas y te pregunta si has dormido bien y el trabajo de nuestras camareras de piso, que preparan las habitaciones para que te sientas como en casa. Nuestro equipo humano marca la diferencia. Por eso no haces check-in al llegar en una máquina. Necesites lo que necesites, ahí estaremos para ayudarte