La visita a La Scala de Milán
Si se viaja hasta Milán es obligado sacar un par de horas para visitar el interior del Teatro de la Scala. Un glamuroso escenario que remonta sus orígenes a finales del siglo XVIII, cuando fue construido con el apoyo de la Emperatriz María Teresa de Austria. Desde entonces y hasta la actualidad sus tablas han acogido a los más grandes intérpretes de la historia de la ópera. Aquí han actuado tenores de la talla de Luciano Pavarotti, Mario Lanza o Plácido Domingo y también grandes divas como Maria Callas o Montserrat Caballé, sin olvidar al mítico Enrico Caruso cuyo busto recibe a los visitantes.
Este busto del famoso tenor forma parte de la colección de obras de arte que atesora el teatro, que es en sí mismo un museo. Gran parte de ella se contemplan durante la visita al interior de la Scala. Una visita que comienza en el gran vestíbulo, donde sorprende su elegancia y la escasa decoración. Tras caminar por ese vestíbulo, la visita prosigue con la posibilidad de acceder a alguno de los palcos del teatro. Unas estancias concebidas para la alta sociedad donde todo queda impregnado por el boato que le concede el revestimiento de terciopelo rojo. Desde estos palcos se dispone de una visión privilegiada de todo el teatro, de su escenario y del patio de butacas.
Y por último la visita continúa en el Museo del teatro, donde hay infinidad de obras de arte y de recuerdos de todas las representaciones que aquí han tenido lugar y de las celebridades históricas que han disfrutado de sus actuaciones. Este museo además programa exposiciones temáticas temporales vinculadas con el mundo de la ópera, pudiendo así ver desde los fastuosos vestuarios que se han usado o hasta los instrumentos que aquí han sonado siguiendo las partituras de genios como Mozart, Verdi o Puccini.