Una ciudad de cine
Roma ha sido uno de los principales platós de la industria cinematográfica que veían la ciudad como la escenografía ideal y mágica para contar sus historias. Así lo hizo Federico Fellini en su obra maestra "Dolce Vita", joya del neorrealismo italiano de los años 60. Las secuencias de Anita Ekberg bajo la Fontana di Trevi o el Cristo en majestad sobrevolando el Vaticano y las ruinas de las Termas de Caracalla, son imágenes que han persistido en la retina de todos los amantes del arte y del cine. La película de la "Dolce Vita" convierte a Roma en su protagonista, simbólicamente femenina y lujosa.
Algunos viajeros se han servido de la "Dolce Vita" en Roma, casi como una guía turística para rememorar los inmortales paseos de Anita Ekberg y Marcelo Mastroianni por la Vía Veneto, la Plaza Navona o la monumental Vía del Corso, principal arteria de Roma. A sus alrededores se distribuyen los monumentos más célebres de la ciudad como la Plaza de España, Plaza del Popolo o el Foro Romano. Por esta zona encontrarás cafeterías y restaurantes para disfrutar de la deliciosa gastronomía italiana y su distinguido café expreso.
Los amantes de la moda podrán aprovechar este recorrido para deleitarse con la alta costura en las numerosas tiendas y galerías comerciales que se extienden por la Vía del Corso y Vía Margutta. Si quieres llegar a la zona en algún medio de transporte, lo más cómodo es utilizar el metro, la Línea A con destino Barberini.
A principios del siglo XX, Roma destacó en el mundo cinematográfico por sus conocidos estudios Cinecittá, los únicos competidores con los reconocidos estudios de Hollywood. Las estrellas de cine italianas caminaban por sus calles acompañadas de un numeroso tumulto de paparazzi y curiosos que buscaban la fotografía más exclusiva. La película "Dolce Vita" en Roma resume, con una calidad argumental y estética insuperable, una vida de lujos, romances y dramas que caracterizaban la sociedad aristocrática italiana de aquellos tiempos.