Lugares emblemáticos de Rotterdam
Una manera estupenda de descubrir Rotterdam es salir y explorar la ciudad a pie. Esta metrópoli es precisamente conocida por su arquitectura de vanguardia y el arte callejero, por lo que un paseo por sus calles es la mejor opción para empaparte de toda su esencia mientras caminas.
Aunque gran parte de la ciudad fue destruida por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, el espacio urbano en Rotterdam ha sido reconstruido con un diseño vanguardista y nuevas formas de pensar, así que es fácil encontrarse con una sorpresa en cada esquina.
Y además es perfecta para caminar; de hecho, el maratón de Rotterdam se gana generalmente con tiempos increíblemente rápidos, ya que la ciudad es prácticamente plana. Por lo tanto, no tendrás que ir de un sitio a otro con la lengua fuera mientras exploras la ciudad.
Rotterdam está dividida en dos partes, norte y sur, por el río Nieuwe Maas. Si te alojas en nuestro ecléctico hotel nhow Rotterdam, situado frente al río en el muelle Wilhelmina Pier y en una zona conocida como 'Manhattan on the river Maas' ('Manhattan sobre el río Maas'), un plan perfecto puede ser disfrutar de un paseo de un par de horas por la parte norte de la ciudad y cruzar el puente Erasmus, uno de los lugares icónicos que ver en Rotterdam.
Esta impresionante estructura, el puente levadizo más grande de Europa apodado 'El Cisne' por su color blanco, fue inaugurada en 1996. Nhow Rotterdam se encuentra justo al lado de este puente y todas las habitaciones que dan al río ofrecen impresionantes vistas del perfil de la ciudad y de esta magnífica estructura. ¡Además de la posibilidad de disfrutar en cualquier momento de nuestra terraza en la azotea y el bar!
Una vez pasado el puente, y después de un breve paseo junto a la orilla del río, otro de los planes que hacer en Rotterdam es visitar la torre de observación modernista Euromast, con 185 metros de altura. Este monumento, la torre más alta de Holanda abierta al público, fue construido con motivo de la Floriade de 1960. Las increíbles vistas desde su terraza panorámica, situada a 100 metros sobre el suelo, se convierten en una manera perfecta de orientarse en la ciudad, eso sí, desde las alturas.
Además, si llegas al Euromast con hambre, tienes la oportunidad de disfrutar de una cena en las alturas en el propio restaurante que la torre alberga en su interior. También puedes tomar un aperitivo o pedir algo para llevar en su restaurante Deli, ubicado en la planta baja. Para los más valientes también existe la posibilidad de subir directamente a la cima de la torre en el ascensor giratorio de cristal Euroscoop… ¡Con vistas que se extienden a lo largo de 30 kilómetros!