5.Dos espectaculares museos y una casa estremecedora
El imponente Rijksmuseum (Museo del Reino) custodia las joyas de la pintura flamenca y permite disfrutar de obras maestras como La Lechera, de Vermeer, o La ronda de noche, de Rembrandt. Es junto al Louvre, el Prado y la National Gallery, una de las grandes pinacotecas europeas. El majestuoso edificio del XIX fue reinaugurado en 2012 tras una profunda reforma, obra de los arquitectos españoles Antonio Ortiz y Antonio Cruz.
El vecino Museo Van Gogh atesora, por su parte, la mayor colección sobre el maestro holandés en el mundo. Para evitar las largas colas que forman los turistas, es recomendable comprar las entradas en la web. La entrada es algo elevada, pero como saldremos embriagados de girasoles y atardeceres provenzales, seguramente nos gastemos alguno más en la tentadora tienda del museo.
Es un pecado abandonar Ámsterdam sin visitar la casa donde estuvo escondida Ana Frank. Es una de las cosas imprescindibles para hacer, pero para evitar largas colas, incluso de horas, es aconsejable reservar en la web. La mejor opción para ahorrar, si se van a visitar varios museos, es la tarjeta I Amsterdam City Card. Incluye entradas a museos (no el de Ana Frank), un crucero por los canales y el uso ilimitado del transporte público (tranvía, metro y autobús).