La visita a la Catedral de Berlín
El edificio catedralicio se denomina en la señalización turística local como Berliner Dom. No obstante, es muy sencillo llegar. Tan solo hay que dirigirse a la Isla de los Museos y por la entrada principal se distingue inmediatamente por su gran cúpula de cobre ya verdoso y la monumental fachada que se abre ante los jardines de Am Lustgarten. Si optas por el transporte público, puedes coger las líneas 5, 7, 9 y 75 y del tren (S-Bahn) y bajarte en Hackescher Markt. También puedes llegar con la línea 100 del autobús y bajar en Lustgarten.
La entrada al interior cuesta 7 euros (los menores de 14 años no pagan), al tratarse de un edificio cuya costosa restauración ha perdurado durante décadas tras los bombardeos que sufrió en la Segunda Guerra Mundial. No obstante, hay que decir que el recorrido por el templo se convierte en un verdadero paseo por un museo de arte.
Aunque si se prefieres no pagar, al menos sí que hay que contemplar su espectacular fachada de aires renacentistas, pese a que el templo se acabó de construir en el año 1905. Dominando todo el conjunto se elevan sus torres y sobre todo la cúpula central.