La Puerta de Brandeburgo y sus alrededores

Alrededor de 1795 la Puerta de Brandeburgo fue coronada con una escultura compuesta de una carroza con cuatro caballos tirada por la diosa de la Victoria en cobre. La que se puede ver ahora, sin embargo, es una copia realizada en 1969, ya que la original se destruyó en la Segunda Guerra Mundial. Tras la construcción del muro de Berlín, la Puerta de Brandeburgo quedó perdida y dividida en medio del este y oeste en tierra de nadie. Tras la caída del famoso muro la puerta volvió a recuperar su esplendor de antaño. Para llegar, puedes coger el tren (S-Bahn) 1 o 2 y parar en Unter den Linden o el autobús número 100 con parada en la Puerta.

El Parlamento alemán

A dos minutos de la Puerta de Brandeburgo se encuentra el Parlamento alemán, construido en 1894, de estilo clásico y coronado por una cúpula de vidrio moderna por la que se puede pasear y disfrutar de las vistas de la ciudad. Se puede visitar todos los días hasta las 12 de la noche, aunque la última entrada es a las 10. La visita es gratuita pero hay que registrarse a través de internet o en la taquilla que está delante del Parlamento. En este último caso, sin embargo, hay que hacer cola y, en general, te dan cita para el día siguiente.

Potsdamer Platz

Otro lugar muy cercano a la Puerta de Brandeburgo es la Potsdamer Platz. Te recomendamos que subas a la Torre Kollhoff, con 25 plantas y más de cien metros de altura, desde donde se ven unas de las mejores vistas de la ciudad. Se puede visitar todos los días de 10 a 20 horas pagando una entrada de 5,50 €. Los menores de seis años entran gratis. Puedes llegar en la línea 6 del metro o con en tren (S-Bahn) líneas 1, 2 y 25.

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Autor: David Rickerson-Seidel

Guest Relations Manager en el NH Collection Berlin Mitte Friedrichstrasse

Me llamo David Rickerson-Seidel y trabajo para NH Hotel Group desde septiembre de 2015, cuando abrió el primer hotel NH Collection en Alemania. Después de 16 años de experiencia en hostelería,  me dieron una oportunidad excepcional de conocer a gente de todo el mundo y aprender de todos ellos. Este es uno de los motivos por los que me encanta trabajar como gestor de Guest Relations. A diario me encargo de las necesidades de nuestros huéspedes antes incluso de que me pidan ayuda. Como me apasiona lo que hago, siempre es un gran placer para mí ver contentos a nuestros huéspedes en el hotel. Así sé que estoy haciendo bien mi trabajo. Siempre digo que lo único que no puede reservar un cliente cuando viaja es la sonrisa de un recepcionista y una bienvenida agradable, la persona que te atiende con amabilidad mientras desayunas y te pregunta si has dormido bien y el trabajo de nuestras camareras de piso, que preparan las habitaciones para que te sientas como en casa. Nuestro equipo humano marca la diferencia. Por eso no haces check-in al llegar en una máquina. Necesites lo que necesites, ahí estaremos para ayudarte